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sábado, 7 de febrero de 2015

El valor verdadero de una amistad


























 Es la historia de un joven llamado Daniel que tenía un amigo incondicional llamado Raul, de esos amigos que siempre están ahí en las buenas y las malas, él siempre contaba con ese amigo para todo, Daniel tenía dinero y los fines de semana eran de mala vida, se emborrachaba y no dormía bien. Su amigo Raúl siempre le aconsejaba le decía que debería concentrarse más en hacer cosas más productivas, pero él nunca lo hizo caso, había días que se embriagaba tanto que ni podía regresar a su casa se metía en problemas, pero siempre Raúl pendiente de él, siempre iba a recogerlo y se aseguraba de que ya esté en su casa, un día de esos días que eran de costumbre el salió desde la tarde, se anocheció y seguía de parranda, viendo que ya no podía más como de costumbre llamo a Raúl, él se encontraba afueras de la ciudad, de pronto en la madrugada le llaman que Daniel estaba solo y que se metió en problemas, él le llamo a Daniel y al escucharle en el estado que estaba partió rumbo a la ciudad en medio de una torrencial lluvia, la familia le pidió que no fuera, pero el no hiso caso a las palabras de su madre, lo único que lo preocupaba era el estado de su amigo, en la mitad del camino había bastante gente estacionada, no pasaba nadie porque no paraba de llover y  se escuchaba rumores de que había desbordes, huaycos con lodo, pero el no hiso caso siguió avanzando, y de pronto fue aplastado por unas piedras lodo que se desprendió de un cerro, hecho que no le dio tiempo que se salve, y murió. Mientras Daniel se encontraba en la ciudad y al ver que su amigo no llegaba decidió manejar así ebrio, del bar a su casa tuvo un accidente, al día siguiente amaneció en el hospital él no se acordaba claro lo que había pasado, todos sus familiares estaban allí menos su amigo Raúl, él se molestó porque se acordaba de que la noche anterior le había llamado, y aun no llegaba, decía que tenía un mal amigo que ya no quiere un amigo así. Pasaban los días y se dio cuenta que no sentía las piernas, y lógicamente quedo invalido, lloro amargamente, y maldecía a su amigo decía que si su amigo hubiera llegado él no se había accidentado y por lo tanto que ya no quiere nada saber de su amigo, su padre muy entristecido le dijo, pero si tu hubieras hecho caso a tu madre a mí y a tu amigo nada de esto hubiera pasado, estabas acostumbrado de que siempre sea Raúl el que te regrese a la casa, lo tenías todo; dinero, un amigo que fue más que tu hermano, pero lo perdiste todo, todo por no cuidarlo nunca valoraste eso, Daniel respondió claro que perdí mis piernas y perdí a ese mal amigo que por culpa de él estoy así, su padre le dijo sabes es verdad que perdiste las dos cosas estarás postrado el resto de tu vida en una silla de ruedas y nunca más veras el rostro de Raúl y lo pero nunca tendrás a un amigo como él, porque por tu culpa él viajo del campo para acá la ciudad para encontrarte en plena lluvia y se desprendió un cerro cuando se venía para acá, la familia esta desolada, que por culpa tuyo el perdió la vida. Daniel dudo las palabras de su padre y lloro amargamente, lo único que dijo es: papá no digas que a él, le paso algo peor que a mí, porque ahora me acabas de matar en vida, sin piernas ahora sin corazón, estoy destrozado, él mi mejor amigo más que mi hermano murió por mi culpa eso jamás me lo perdonare ni yo mismo, me tendrá muerto en vida, todo por no cuidar a ese gran amigo que se me fue.

Daniel nunca olvido tal hecho, y nunca volvió a tener un amigo como el, siempre lo recordó, dio charlas de que lo que se tiene se debe cuidar si de joven tienes buena salud cuidarla para los años que vengan, si tienes un amigo como Raúl, valórale y cuida de él así como el cuida de ti, antes de que sea demasiado tarde.

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